¿Qué culpa tengo yo de que la presentación de Cristiano Ronaldo haya batido todos los récords habidos y por haber? El madridismo está viviendo (los ecos van a tardar en apagarse) uno de los momentos más felices de su existencia sin necesidad de meter un gol. Va a tardar algún tiempo en digerir todo esto, posiblemente hasta que comience la competición. Entonces será el momento de comprobar si Cristiano Ronaldo deleita tanto como en su presentación. Eso sí, como diría un castizo, que le quiten a uno lo bailao.
Y mientras el madridismo celebra los fichajes de Florentino Pérez, los otros, los de ahí arriba a la derecha, siguen tragándose las bilis que les producen estos golpes de talonario y estas manifestaciones hollywoodianas del presidente madridista. Peor para ellos si aún no se han recuperado. Podían estar disfrutando de sus tres títulos y no lo hacen. Ellos mismos.
Cada cual habla de lo que quiere, como es lógico. Hasta que dé comienzo la Liga (ya falta menos), el madridismo no ha hecho otra cosa que subir a los altares a Florentino Pérez por haberle devuelto la ilusión con los fichajes de Cristiano Ronaldo, Kaká, Albiol, Benzema… y lo que caiga, sin olvidarnos de Pallegrini y Negredo, que también se han incorporado a la plantilla.
Lo que nadie puede negar (los datos se comprueban, como las matemáticas) es que el Real Madrid ha eclipsado al FCB. Lo cual no quiere decir que va a barrer la próxima temporada. Eso es algo que está por ver. Y que yo estoy deseando ver. No sé cómo va a jugar el Real Madrid. No sé si lo va a hacer bien, mal o regular. En cambio, sé perfectamente cómo va a jugar el FCB. Lo va a hacer bien, como la temporada pasada. Guardiola tiene ya un equipo hecho, que sabe lo que quiere y cómo lo quiere.
Lo cual no es óbice ni cortapisa para que, mientras llega el momento de que el balón eche a rodar y se vea cuál de los dos equipos es el mejor, el madridismo esté disfrutando como no lo había hecho nunca. Y al que le pique, que se rasque. Tan sencillo como eso.